La Despersonalización como un despertar a la filosofía
La sensación de irrealidad nos despierta reflexiones sobre el mundo, sobre uno mismo, sobre qué es la conciencia y sobre la realidad.
Post del 31 de Octubre de 2016
Mientras describía sus sensaciones de irrealidad, Dorothy, una joven asistente dental, rubia, en forma y entusiasta esquiadora, hablaba de "una esquirla filosófica de mi cabeza". Ni es fan de "Star Wars" ni de Matrix, donde se usan expresiones similares, ni tampoco es una persona a la que le encante la filosofía para nada. "Las sensaciones que origina la DPDR de un yo mecánico y distanciado así como de un mundo ilusorio me hacen pensar sobre, ¿Qué es la realidad?, ¿Qué es el mundo? y ¿Quién soy yo? Analizando sus pensamientos y sensaciones escritos en su diario ella se pregunta si la DPDR es un desorden que arruina la sencillez y certeza de la realidad cotidiana o si es una ventana que muestra la complejidad e incertidumbre de la verdadera realidad. Al sufrir la desgracia de la desconexión ella también reconoce que la DPDR le ha hecho entender su profundo "conflicto interior con ella misma". Ella concluía diciendo que "La DPDR me ha convertido en una filósofa"
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Fuente: Cortesía de Masha Goncharova |
Dorothy no es la excepción. Un estudiante Canadiense, un piloto Berlinés, un ingeniero de Boston y un bibliotecario Siberiano - personas con DP en todos los ambitos de la vida - comparten esta interesante característica : la sensación de irrealidad va unida a preguntas filosóficas.
La conexión aparece como algo muy representativo de un cierto tipo de DPDR que se caracteriza por un estado reflexivo altamente desarrollado. La reflexión es un proceso de introspección o de autoanálisis: pensar una y otra vez sobre muchas cosas diferentes.
La reflexión surge como un intento de entender, clarificar y encontrar un sentido y un significado a las cosas. La reflexión típica hace "grandes" sus cuestiones y las pone en un plano filosófico. Una buena muestra de como la reflexión se aproxima a la DPDR y a la filosofía es una muestra del diario de Dorothy:
¿Qué es la filosofía? Me pregunto ¿Quién soy yo?, ¿Soy real?, ¿Qué es el mundo?, ¿El mundo es real?, ¿Qué significa que sea real?,
Uno podría añadir a la comparacion de Dorothy que la filosofía se pregunta estas cuestiones aspirando a entender la esencia del yo y del mundo que hay alrededor. La DPDR se pregunta esas mismas cuestiones en un intento febril y desesperado de parar el torbellino tan desagradable de una realidad que ve como desaparece y poder recuperar la solidez del yo en medio del mundo.
El tipo de DPDR filosófica presenta una alteración de la conciencia de uno mismo estrechamente relacionada con la reflexión superdesarrollada. La reflexión en sí misma podría ser vista como una experiencia natural de la sensibilidad filosófica. Realmente ayuda a sentirse real, contribuye a la integridad del yo y a la constancia de una vida ya centrada en uno mismo. Sin embargo, un obsesivo y agobiante auto-análisis potencialmente puede hacer que disminuya el sentido de la realidad y perdamos la integridad del yo. Un viejo dicho señala que sin reflexión uno nunca puede encontrarse a uno mismo, pero que una reflexión "sin medida" nos puede llevar a la pena de perder la sensación del YO.
La gente con este tipo de DPDR hiper-reflexiva experimenta frecuentemente señales de auto-analisis intenso de forma muy molesta cobijando cuestiones filosóficas durante toda su vida. Una característica típica de su infancia es la combinación de avanzado desarrollo intelectual y una alta sensibilidad emocional. Son pensadores y soñadores con una tendencia a profundizar en temas de adultos. Pensamientos de miedo a la muerte de ellos mismos o de sus padres, plantearse el sentido de la vida, sus dudas sobre las intenciones de la gente, su interés por lo desconocido, sus consultas sobre la magia de los números o sobre las lejanas galaxias frecuentemente son parte de sus primeros años de niñez. Un paciente dijo que cuando el era niño, incluso sin saberlo de forma consciente, ya sentía de forma precisa "cierto grado de duda y de complejidad sobre la realidad que se convirtió en algo que alarmantemente me llegó luego en forma de DPDR"
La DPDR filosófica se corresponde a una ansiedad de un tipo determinado - inseguridad ontológica, un término, inventado por el psiquiatra británico R.D. Laing. La ontología es una parte de la filosofía que se centra en los fundamentos del ser. Me refiero con inseguridad ontológica a la pérdida de identidad que ocurre cuando el YO y el MUNDO parecen más irreales que reales. Uno de mis pacientes, a su modo, recogió el mismo espíritu de R.D Laing llamando a su despersonalización "torbellino del ser".
La base de la DPDR es la urgencia de superar el distanciamiento del mundo y encontrarse a uno mismo que se corresponde con el antiguo dicho: "Conócete a tí mismo" y que es considerada como el comienzo de la corriente filosófica griega que nos llevó a la actual filosofía europea moderna. El ¿Quien soy yo? típico de la DP es un eco de los temas centrales de la introspección filosófica y de cómo la gente que tiene DP es capaz de captar los aspectos mas intrinsecos y profundos del YO. Merece la pena destacar como el distanciamiento del yo y de mundo que se produce en la DPDR permite una comprensión más profunda de la autenticidad y de la identidad y de cómo la DPDR nos abre el camino hacia la personalización.
Muchos pacientes resaltan que a pesar de sus penurias, la DPDR también les ha aclarado su comprensión del yo, del mundo y del sentido de la vida.
El interés entre el enlace entre la búsqueda del yo y el pensamiento filosófico es cosa del pasado. Hace casi un siglo el psiquiatra alemán Theodor Ziehen acuño un término, la "intoxicación" filosófica o metafísica. La describe como una preocupación exagerada con la introspección, o analizar de forma obsesiva diferentes temas o la adicción a las preguntas filosóficas. La intoxicación filosófica, según creía Ziehen, es característica en la crisis de la pubertad y se relaciona con el proceso de personalización.
Lamentablemente en la práctica del cuidado de la salud mental esta elevada relación entre la DPDR y el pensamiento filosófico a menudo complica la situación clínica. Los "elementos filosóficos" de la DPDR aparecen como algo demasiado oscuro y desconcertante, y pueden confundir a psicólogos y psiquiatras que podrían experimentar problemas en conectar con el paciente. Típicamente el alto grado de sensibilidad y de actitudes interpersonales del paciente hace que por contra se sienta incomprendido y muy a menudo lo pase mal, sin saber cómo expresar sus extrañas experiencias. La incapacidad de compartir sus sensaciones extrañas y molestas con sus padres, con sus amigos o incluso con los profesionales de la salud hace que aumente su desconexión y la irrealidad de su DPDR.
santos.barrioscanseco@gmail.com