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jueves, 11 de agosto de 2016

DP - ¿Barrera protectora o Desorden? - Por Elena Bezzubova (PSYCHOLOGY TODAY)

El 9 de Febrero de 2016, en el blog sobre DPDR de Elena Bezzubova llamado "La busqueda del YO" (The Search for Self)  se publicó este interesante post, que os traduzco al español:





El “Airbag” de la Despersonalización: ¿Barrera protectora o Desorden?
La dolorosa experiencia de la irrealidad te salva de un peligro. 

Infame por ser uno de los desórdenes más lastimosos, la despersonalización es también una barrera de seguridad que te protege del peligro. La aparición de la despersonalización en una situación de estrés límite se puede comparar con la explosión de un airbag en un accidente de automóvil. La niebla de la irrealidad te protege de los traumas psicológicos así como un airbag desplegado te protege de las lesiones físicas. La niebla de la irrealidad cae como una barrera entre la persona y el trauma como si suprimiera virtualmente a la persona de la situación amenazadora.
 
 
Esta función defensiva de la despersonalización se hace más evidente en los traumas, en los casos de ansiedad aguda y en los ataques de pánico. Cuando el nivel de pánico alcanza un determinado umbral, la despersonalización acude como un salvador; continuando con la comparación anterior, como cuando al superarse un umbral determinado en una sacudida mecánica se activa la explosión del airbag. La despersonalización aparece como una especie de “airbag” que viene de serie en la estructura psicológica humana que puede ser empleado en situaciones amenazadoras de estrés, pánico o trauma. La despersonalización es un sistema de defensa muy complejo que requiere una organización mental humana de alto nivel.
 
En contraste con la vida animal donde los accidentes traumáticos se resuelven por el dilema o “escapo” o “lucho”, la vida humana  es abundante en situaciones donde ni la huida ni la lucha son posibles. La despersonalización representa una tercera forma de tratar el problema que permite a la persona escapar o aliviar la situación traumática. La singularidad de este tipo de escape es que se desarrolla en el mundo subjetivo de la psique de la persona. La experiencia de la despersonalización elimina a la persona del trauma psíquicamente y subjetivamente mientras se queda en él físicamente y objetivamente. La despersonalización y la desrealización (DPDR) crean una sensación subjetiva de irrealidad – “yo no soy yo mismo”, “me siento separado de mi” y “el mundo no es real”. Esta sensación de estar “separado del mundo” proporciona una separación del trauma, de la ansiedad o del pánico, aliviando la amenaza emocional y psicológica. La gente con despersonalización describe la experiencia de la “barrera”, “pantalla” o “muro” entre la persona y el mundo, a menudo experimentado con extrañeza sobre sus propios sentimientos, incluyendo los extremadamente traumáticos, los de pánico o los de miedo. Por tanto, el “algodón de la despersonalización” te salva del trauma que suponen las señales de socorro emocionales o psicológicas, pero al mismo tiempo te crea el trauma de sentirte irreal. Al disminuir el dolor del trauma, el “capullo” de la despersonalización mantiene a la persona atrapada dentro de la irrealidad.
 
Durante su viaje misionero al Sudeste Asiático un estudiante fue profundamente tocado por la vida dramática de una chica del lugar que vivía en un albergue de acogida. Su belleza e inocencia contrastaba con su pobreza, su vida como mendiga sin techo, el consumo de drogas y una vida rota. Tuvo éxito en conseguir fondos para ella y en asegurarle un lugar en el albergue. Finalmente, se dio cuenta de que estaba profundamente enamorado de ella y de que ella parecía corresponderle. Regresó a su casa pero siguió en contacto con la chica y su amor se iba haciendo más fuerte. No podía esperar hasta el verano siguiente para verla. Cuando llegó, ella estaba embarazada de un traficante de droga local. Por una parte él se enfadó y se sintió insultado. Por otra se sintió aún más unido a ella, y decidió salvarla y ganar su amor de nuevo. Ella jugó con él, un día se mostraba agradable y amorosa y al día siguiente se mostraba cínica y fría. La misión estaba terminando y su tormenta emocional iba creciendo. Roto por el dolor y la ansiedad, el sintió que estaba “perdiendo su esencia”. La tarde en que el planeó tener una “charla definitiva con ella”, ella se acercó a la misión con sus amigos, “borracha y seductora”. Mientras todos estaban sentados alrededor del fuego, viendo como ella tocaba a otro hombre de forma provocadora, el estudiante comenzó a sentir “un temblor interno, una ola creciente de ansiedad, sofocante y rompedora, como si me fuera a volver loco”. De repente, el “devastador tsunami de ansiedad iba desapareciendo en favor de una niebla. Vi su cara sonriendo a ese hombre como eliminada y apartada. El mundo entero se convirtió en algo distante. Me sentí desconectado y mecánico” Meses más tarde, cuando él casi estaba recuperado de esta relación traumática, el sentimiento de estar “desconectado del mundo” todavía estaba presente.
 
Una advertencia
 
A diferencia de este caso, muchos otros casos de despersonalización no están relacionados con un momento traumático particular. Algunos de estos casos pertenecen a situaciones de traumas silenciosos u ocultos. En tales situaciones una personas experimenta el trauma, pero la naturaleza de este trauma es tan delicada y compleja que la persona impide su registro de forma consciente. Hacer terapia llega a ser una exploración que puede llegar a descubrir este trauma oculto. Comprender cuál es este trauma silencioso podría ser de gran ayuda para reducir la despersonalización.
 
Anne, una joven de colegio, estudiante de sobresalientes y una líder fuerte, que “solía ocultar con gran maestría mi timidez secreta”, se quejaba de una despersonalización agresiva que “surge de repente”. La chica dijo que ocurrió en mitad de una tarde agradable de verano. Ella y su novio estaban cuidando del perro de los padres de ella, mientras estaban fuera. La pareja estaba pasándolo bien. “De repente,  de la nada, me sentí enferma”. Una extraña nausea, una especie de vértigo que se convirtió en una extraña experiencia de  sentir el “mundo como borroso”. Preocupada  porque algo estuviera mal en su vista se fue a un oculista. El sentimiento de irrealidad tanto del mundo como de ella misma aún continúa.
 
La primera dificultad que encontramos en la terapia fue que todo en su vida parecía simplemente bueno. La excepción era esta mala despersonalización. Anne estuve de acuerdo en mi comentario de que la forma en que ella hablaba parecía demasiado neutral, como si ella estuviera manteniendo las distancias sobre lo que describía. Recordando de nuevo esa tarde cuando le vino la despersonalización por primera vez, ella mencionó que la música que ella y su novio estaban escuchando era la que irritaba a su padre. Además Anne añadió que su perro  estaba mascando los leggings rojos de su madre, “no muy apropiados para su edad, así como otras ropas”. Intentando comprender que le hizo a ella pensar en sus padres mientras se lo pasaba bien con su novio, Anne confesó que bajo la “fachada de familia perfecta” había algunos problemas cuidadosamente escondidos: su padre se veía con otra mujer y su madre “nunca le amó”. Al principio Anne creía que ella “tenía su propia vida y no le importaban de verdad” sus problemas. Entonces se dio cuenta que los diferentes sentimientos que tenía sobre sus padres le hacían sentirse ansiosa y desconcertada, incluyendo amor, dependencia, envidia e ira. “No quería ver la más mínima posibilidad de que ellos se pudieran divorciar”. El proceso de comprender la realidad de la situación familiar fue de ayuda para recuperar su propia identidad y la realidad de SU YO y del mundo alrededor de ella.
 
Esta combinación de cualidades protectoras y destructoras de la despersonalización van unidas al fenómeno de la disociación. La organización mental humana nos permite centrarnos en una parte de las experiencias mientras apenas percibe la otra. El espectro de la disociación varía desde una evitación completa de la percepción de eventos potencialmente traumáticos a su reconocimiento parcial. La disociación permite a  un individuo gestionar partes aceptables del trauma a un nivel consciente mientras reprime la parte traumática intolerable en el subconsciente. El trabajo terapéutico arroja luz para ser consciente de esta parte oculta perturbadora, facilita su comprensión y al mismo tiempo hace que se camine hacia una integración de la identidad personal. La despersonalización a menudo tiene su origen en la disociación del YO, la personalización se basa en la experiencia del YO integrado por completo.
 
 

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