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jueves, 5 de julio de 2018

Traducción del Ensayo: "Cuando el YO se escurre entre los dedos" por Anna Ciaunica y Jane Charlton PARTE 2

Cuando el YO se escurre entre los dedos - Parte 2 de 3

Fue el 29 de Marzo de 2002. Tenía 18 años y estaba visitando a mi novio, Marcel, en Francia, en la casa de su familia (he cambiado su nombre para proteger su privacidad). Estabamos allí solos. Los dias eran cálidos y tranquilos para la época del año en la que estábamos. Normalmente nos levantábamos tarde y conduciamos hasta el supermercado por las tardes para comprar cerveza y patatas fritas, en caso de que cualquiera de sus amigos se acercara más tarde por la noche para poner música.
 
Jane Charlton
Esa noche, ellos bebieron y fumaron hierba y tocaron la guitarra como de costumbre. Marcel tenía algo de cannabis en forma de resina. En algún momento él empezó a calentarla con un mechero dentro de una cuchara de té, y entonces la mezcló con algo de yoghurt en un recipiente. Me comí uno. No parecía hacer nada, así que comí otro una hora más tarde.
El consumo de cannabis en sus multiples formas puede generar DPDR

Yo había fumado cannabis en una ocasión anterior, un día de verano caluroso despues que acabara mis exámenes de nivel A. No me gustó el efecto: hizo que el mundo pareciera amortiguado y yo un poco separado de él, pero pasó rápidamente. Esta vez, después de comerme el segundo yoghurt, algo terrible ocurrió. Mi percepción se retrajo sobre mi cabeza, casi como si estuviera mirando al mundo desde el fondo de mis propias cuencas de los ojos. Percibía un retardo entre cualquier evento externo y la comprensión o procesado del mismo por parte de mi cerebro. De repente había una fractura entre el mundo y yo. Mientras mi cuerpo estaba todavía en el mundo, mi mente se había convertido en un observador desconectado del mismo.

Jane comenzó a sentirse observada por sí misma


Según el DSM-IV, la enciclopedia estándar de los desórdenes mentales, la DPDR tiende a ocurrir a lo largo de síntomas de ansiedad, pánico y depresión. Aparte del empleo de drogas, otros disparadores son el estrés severo, los abusos y los traumas. En parte debido a estas correspondencias, algunos investigadores han sugerido que la despersonalización podría no ser un desorden por sí mismo. Sin embargo, hay buenas razones para ver a la DPDR como un sindrome distinto. Hay estudios empíricos que sugieren que la ansiedad está fuertemente asociada a la DPDR solo en los casos donde esta ultima condición es suave. Por el contrario, la gente con DPDR severa no muestra mucha correlación - un descubrimiento poco intuitivo, ya que uno podría esperar que cuanto más aguda fuera la ansiedad más fuerte se hiciera la despersonalización. Todavía podría tener sentido si tu vieras a la DPDR como algo que afecta a la conexión especial que se tiene con el YO corporeo, una conexión que podria a su vez ser necesaria para experimentar diferentes formas de ansiedad. Esta interpretación es consistente con un descubrimiento de 2014 que reveló que los pacientes con una DPDR clínica habían reducido su habilidad de detectar el estado interno de sus cuerpos, como su propio latido y la capacidad de mostrar empatía.

La gente con DPDR es consciente de que sus sensaciones son un fenómeno subjetivo, no una realidad objetiva.

De forma parecida, un estudio de 2016 indicaba que la gente con altos niveles de despersonalización eran menos propensos a imitar en modo espejo, donde uno automáticamente imita a la gente que le rodea. La gente con bajos niveles de DP eran más rápidos a acciones relacionadas con ellos mismos (como verse tocada su propia cara), más que a acciones relacionadas con otros (como dar fe de que algún otro se estaba tocando su propia cara). Pero la gente con altos niveles de DP no mostraban tal tendencia: ver su propia cara no facilitaba sus acciones frente al espejo. De nuevo, la identificación con el YO parece que haya sido alterada.

De forma significativa, a diferencia de otros desordenes de identidad, como la esquizofrenia o la psicosis, Jane y el resto de afectado por la DPDR son conscientes de que sus sensaciones de desconexión son un fenómeno subjetivo, más que una realidad objetiva. En el lenguaje técnico de la psicología, sus 'pruebas de realidad' permanecen intactas - todavía aprecian la diferencia entre su propia percepción de una situación y la posibilidad de que su verdadera naturaleza pudiera ser totalmente diferente.

Durante el primer episodio en Francia, siguieron horas en las que busqué tranquilizarme preguntando a los que me rodeaban, queria tocarles y hablarles constantemente. Quería comprobar que yo todavía existía. Con el tiempo, ya exhausta, me dormí, con la esperanza de que se pasaría por la noche.
 
No se fue. A la mañana siguiente, el cambio en la percepción seguía allí, de hecho siguió conmigo durante cada segundo de cada día durante los 3 siguientes años. Vimos en las noticias que la Reina Madre había muerto. Me sentí fatal con la cobertura normal informativa que había que hacer y con los preparativos de la ceremonia. En el transcurso de una tarde, me había desintegrado, pero todo alrededor de mi seguia adelante. Era como si aunque todas las partes que constituian mi YO todavía funcionaran, una parte vital y esencial de mi YO hubiese desaparecido.
 Soy consciente incluso cuando digo esto que debo tener una vida interior que funciona; una que es capaz de articular esta experiencia. Pero la capacidad de crear una narrativa sobre esa consciencia de la que YO pueda ocuparme y hacerla MIA ha desaparecido.

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