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miércoles, 4 de julio de 2018

Traducción del Ensayo: "Cuando el YO se escurre entre los dedos" por Anna Ciaunica y Jane Charlton PARTE 1

Cuando el YO se escurre entre los dedos - Parte 1 de 3
La gente que vive con el desorden de la despersonalización nos ofrece las claves a la cuestión de si el YO es una ilusión



Un día, al final del siglo XIX, el físico y filósofo austriaco Ernst Mach se sube a un autobús. Cuando mira al fondo del pasillo, ve una persona al otro extremo, un tipo al que descarta como un "miserable pedagogo". Al instante siguiente, Mach se da cuenta que el miserable pedagogo no es otro que el mismo, de pie frente a un espejo situado al final del autobús.

Ernst Mach

Durante unos pocos momentos, Mach se había convertido en un extraño para sí mismo. Los psicólogos estiman que  alrededor de las tres cuartas partes de nosotros experimentaremos sintomas similares de auto-distanciamento en algún punto de nuestras vidas. Si has pasado por un trauma o escapado por los pelos a un desagradable accidente, podrás recordar como te puedes sumergir en una sensación de irrealidad, como de repente desconectas de tí mismo, o sientes como si estuvieras flotando en el aire y mirándote desde arriba. Estos estados de la mente parecen funcionar como un airbag experiencial, permitiéndonos gestionar peligros de muerte que de otra forma serian totalmente abrumadores.

Con fortuna, con cuidado y paciencia, el airbag puede normalmente ser recogido después de un evento traumático, y podemos encontrarnos de nuevo en nuestros cuerpos y en nuestras vidas. Pero en algunos casos no tan afortunados, el mecanismo protector se "atasca". La gente queda atrapada fuera de sí mismos, incapaces de vivir en sus propias experiencias, sentimientos y pensamientos - como Mach, si el fuera incapaz de reconectar consigo mismo después de espiar al miserable pedagogo del espejo.

Esta es ahora la experiencia del día a día en la vida de Jane Charlton. Conoci a Jane, una mujer británica en su treintena, hace alrededor de un año, cuando ella ofrecía una animada charla a una apretujada audiencia en un workshop interdisciplinar que yo había organizado en Londres. Una cosa es estudiar un fenómeno en el laboratorio, o desde la perspectiva de sillón de un filósofo. Pero otra cosa muy diferente es encontrarse cara a cara con alguien que vive con la condicion que sueles usar para aterrizar esta o aquella teoría o interpretación.

Si acallo mi mente, puedo casi saborear el color y la riqueza de la vida como sabía hacerlo antes, dice Jane. Viene con un sentido de esperanza, con un sentimiento de ser un agente del cambio y de trazar un camino por el mundo. Este es, pienso, el verdadero acto de 'vivir', que yo quiero insuflar a los demás, todos los días, cada día. Todavía lo comprendo académicamente, pero apenas puedo recordar como se siente. Estos días estoy en un permanente estado de pena; me siento como si me estuviera apenando por mi propia muerte, incluso si parezco estar por aquí para dar testigo de ello.

 
Un café de la calle Lamb's Conduit

Hoy en día, Jane y yo estamos sentadas en un tranquilo café de la calle Lamb's Conduit en Bloomsbury, una carretera que inspiró algunas partes de la novela "La habitación de Jacob" de Virginia Wolf, escrita en 1922. Jane trabaja como directora de los Derechos Humanos Europeos en el Ministerio de Justicia de Reino Unido. Hablamos sobre gatos, vinos portugueses y filosofía. Se ríe, hace chistes, me cuenta que le encanta pasar tiempo en Francia y hablar francés. Desde donde estoy sentada - un observador externo - ella se comporta como cualquier otro londinense, disfrutando de una conversación y de una taza de café en una fría y lluviosa tarde. Todavía, en su interior, Jane se siente como si ella no existiera del todo. Para ella, ella es irreal.

Jane sufre el desorden de despersonalización DP - una condición que típicamente manifiesta un profundo y perturbador sentimiento de extrañeza sobre su propio yo y sobre su cuerpo, incluyendo sus experiencias, sus recuerdos y sus pensamientos. A menudo, la despersonalización se ve acompañada por la desrealización, una alienación del entorno y de lo que le rodea a uno. Los afectados reportan sentirse como zombies, robots o máquinas, fluyendo de forma automática por sus propias vidas. Este desorden ha sido reconocido de alguna u otra forma desde el siglo XIX, y según estudios en USA y en UK se estima que afecta entre el 1 y el 2% de la población. Pero permanece muy mal comprendido.

Igual que una ventana transparente solo podría ser visible cuando se rompe, llegué a sentirme interesada en lo que la DPDR podría revelar sobre ciertos aspectos poco estudiados de nuestra experiencia de la identidad - y, en ultimo término, sobre la conciencia en sí misma. En años recientes, ha llegado a ponerse de moda entre los filósofos el cuestionarse que el YO sea algo real, o sugerir que es poco más que una ilusión que nuestro cerebro crea para mantenernos vivos en un mundo en permanente cambio. Incluso si el YO fuera una mera farsa, un truco, ¿por qué la pérdida de ese "YO-Ilusorio" dispara tales dramáticas sensaciones de irrealidad?, ¿Por qué perder un enlace a tu yo hace que te sientas como si estuvieras muerto o sonámbulo? Si la despersonalización fuera un malfuncionamiento de algún mecanismo psicológico de supervivencia, ¿por qué vivir con esta condición es algo tan insufrible?
 

2 comentarios:

  1. Es tan cierto lo q ella dice es como estar sonambulo.... es tan cierto... aunque cuando estoy muy ocupada se me olvida q estoy asi siempre guarso la esperanza de un despertar. ;)

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